Desde la asignatura de ética de 4to A, hemos estado trabajando en la creación de cuentos, sobre la desigualdad de género. Aquí dejaremos el cuento que hemos escrito, con una imagen creada por nosotros.
EL SUEÑO DE CRISTINA
Esto era una vez una mujer llamada Cristina. Era un muy fea, tan fea que la gente se asustaba al verla, en cambio tenía una habilidad única, tenía el poder de convertir todo lo que tocaba en oro.
Cristina tenía 35 años y se sentía muy sola. Ya que sabía que toda la gente que le rodeaba la quería por un solo motivo, su poder. La gente se le acercaba y cuando conseguían lo que querían la dejaban tirada, hasta sus padres la habían abandonado cuando era muy pequeña. Solo tenía una amiga en la que podía confiar, se llamaba Marta y se conocían desde muy pequeñas, ella nunca le había pedido nada y siempre había estado a su lado.
Cristina se había casado ya tres veces y siempre era la misma historia, al principio iba todo muy bien pero en cuanto tenían suficiente oro la abandonaban por lo fea que era. Marta le decía que estuviera tranquila que ya llegaría el día que alguien la amara de verdad y que la gente la quisiera por su forma de ser porque era una buena chica. Su gran problema era lo fea que era, no parecía una mujer, era una especie de monstruo y así no podría conseguir su sueño, tener un hijo. Siempre había querido ser madre y sabía que ya no le quedaba mucho tiempo para poder serlo porque se hacía mayor.
Un año más tarde conoció a David, un chico tres años mayor que ella que parecía que realmente la quería. A los pocos meses se casaron y ella enseguida le propuso tener un hijo pero el que en realidad solo le quería por su oro no quiso. Cristina que se dió cuenta de lo que pasaba y decidió esta vez, ser ella la que se aprovechara. Le prometió a David todo el oro del mundo y el por su avaricia acepto. Pasaron unos meses y Cristina ya embarazada decidió abandonar a David sin dejarle nada, se marcho a una ciudad donde nadie la conocía, ni sabían de su poder. Allí empezó una nueva vida de madre soltera con su hijo al que llamó Luis que era lo único importante para ella. La mayoría de sus nuevos vecinos la aceptaron y la ayudaron a integrarse.
Mientras tanto David dedicó todo su tiempo a encontrar a Cristina, decidido a matarla por haberle abandonado. Al cabo de dos años averiguó dónde vivía y se presentó una noche en su casa, forzó la cerradura sin despertar a Cristina ni a su hijo. Con un cuchillo se abalanzó sobre Cristina que dormida no podría hacer nada para salvarse, pero por arte de magia, David se convirtió en estatua de oro y ya nadie volvió a impedir que Cristina y Luis vivieran felices por siempre.
Alejandro Rahona y Luciana Reguera, 4toA.
Col.loqueu millor la imatge o cerqueu un altra per donar més vida a l'entrada, please. Comenteu també un poc en quins aspectes vos haveu centrat i doneu-li un poc de color a l'entrada per què siga més atractiva.
ResponderEliminarRebutjar a una dona forma part del rol habitual, que desitge la maternitat com a única manera de realitzar-se també, que l'home siga un maltractador també. Sols el pla de vida amb el seu fill eix del rol de gènere tradicional. I l'amiga, no juga cap paper en la història.
ResponderEliminarMolt millor la il.lustració que el conte.